Un vuelo de British Airways fue cancelado este mes después de que una azafata muriera repentinamente momentos antes del despegue, a la vista de los pasajeros.
Las puertas ya estaban cerradas cuando el avión se preparaba para partir del aeropuerto Heathrow de Londres hacia Hong Kong en la víspera de Año Nuevo. Los pasajeros estaban sentados esperando el despegue cuando una azafata de 52 años se desplomó repentinamente. A petición urgente del capitán, un pasajero y el personal médico intentaron reanimarla, pero no lo lograron.
British Airways canceló el vuelo alegando una “emergencia médica.”
El colapso se produjo una semana después de que ocurriera un incidente similar que involucró a otra azafata de vuelo de British Airways de 52 años que murió repentinamente en su habitación de hotel antes del vuelo.
“La tripulación está frenética. Se trataba de dos personas sanas que de repente murieron. No se reportaron problemas de salud subyacentes,” dijo una fuente a Sun.
Las muertes se producen en medio de una alarmante oleada de muertes repentinas entre pilotos que ha generado preocupación por la seguridad pública en la aviación.
El mes pasado, Singapore Airlines perdió a su quinto piloto por muerte súbita desde mayo, cuando el capitán Lee Meng Chye Martin falleció inesperadamente el 24 de diciembre, reportó el Dr. William Makis.
En noviembre pasado, se produjo un trágico incidente en el aeropuerto internacional Indira Gandhi (IGI) de Delhi cuando el capitán Himanil Kumar, piloto de Air India, de 37 años, falleció debido a un ataque cardíaco repentino. Kumar había completado su evaluación médica más reciente a finales de agosto y se le consideró médicamente apto para volar.
La Dirección General de Aviación Civil (DGCA) de India afirmó que todas sus evaluaciones médicas anteriores fueron satisfactorias y no revelaron ningún problema médico subyacente.
A pesar de que los pilotos se someten a pruebas de salud de rutina, parece que se pasan por alto ciertas condiciones. A medida que aumenta la frecuencia de las bajas de los pilotos, también aumenta la probabilidad de que ambos copilotos no puedan realizar sus funciones.
Según un informe de Aviation Herald sobre un incidente, el 24 de septiembre, el piloto de un vuelo de Austrian Airlines de Stuttgart a Viena “comenzó a sentirse mal.” Cuando el avión inició su descenso, se vio incapaz de continuar y el copiloto asumió el control de la aeronave.
Un día antes, el capitán de Alaska Airlines, Eric McRae, fue descubierto muerto en su habitación de hotel durante una escala.
El día anterior, un vuelo de Delta Airlines que viajaba de París a Los Ángeles tuvo que realizar un aterrizaje no programado en Minneapolis debido a que el piloto quedó repentinamente incapacitado. El piloto fue trasladado de inmediato a un centro médico mientras la aeronave continuaba su viaje tras un gran retraso de seis horas.
En agosto del año pasado, un desafortunado incidente ocurrió en el aeropuerto de Nagpur en la India, donde un piloto de la aerolínea IndiGo se desplomó en la puerta de embarque y posteriormente fue declarado muerto al llegar al hospital. Los informes preliminares afirmaron que el capitán Manoj Subramanyam, de 40 años, experimentó un “paro cardíaco repentino.”
Un día antes, un piloto de 51 años que viajaba como pasajero en el vuelo QR 579 de Qatar Airlines falleció inesperadamente mientras se dirigía de Delhi a Doha.
Apenas tres días antes, un vuelo de LATAM que viajaba de Miami a Santiago de Chile tuvo que cambiar de rumbo y aterrizar en Ciudad de Panamá debido al inesperado fallecimiento del capitán mientras se encontraba en el baño.
Pero no todo el mundo ha quedado desprevenido por el aumento de las bajas de pilotos. En una carta de diciembre de 2021 y dirigida a la Administración Federal de Aviación (FAA) y a las principales aerolíneas, un grupo de estimados profesionales médicos presionó por un sistema de señalización médica para los pilotos que han sido vacunados contra COVID-19, sugiriendo que se sometan a exámenes más detallados.
“En todas las poblaciones, las inoculaciones están provocando aumentos significativos de miocarditis y de insuficiencia cardíaca, arritmias, paros cardíacos y muertes posteriores,” advertía la carta. “Esto es especialmente cierto en el grupo de hombres más jóvenes, al que pertenecen muchos pilotos.”
La carta advertía además que “si la FAA no prohíbe que vuelen, ni retira la certificación médica a todos los pilotos” que recibieron las inyecciones de COVID-19, “pondrá en peligro la vida de muchos pasajeros inocentes de las aerolíneas en caso de que un piloto pierda el control de su avión después de sufrir un evento importante de coagulación sanguínea (embolia pulmonar, derrame cerebral, etc.) o un evento relacionado con miocarditis, cualquiera de los cuales puede resultar en incapacitación, paro cardíaco y muerte.”
La carta llevaba las firmas del Dr. Peter McCullough, M.D., el Dr. Ryan Cole, M.D., la coronel LTC Theresa Long, M.D., MPH, el piloto Cody Flint y un grupo de defensores de los derechos humanos.
La Administración Federal de Aviación (FAA) aún no ha realizado una investigación sobre cualquier posible conexión entre estas muertes repentinas y las vacunas COVID, pero niega la existencia de tal vínculo. “La FAA no tiene pruebas de accidentes de aviación o incapacitaciones causadas a pilotos que sufrieron complicaciones médicas asociadas con las vacunas Covid-19,” dijo un portavoz a AP News.
Sierra Lund, una joven piloto privada que ha sido afectada por la vacuna COVID-19, destaca la importancia de las evaluaciones médicas periódicas de los pilotos comerciales para garantizar su aptitud para volar.
“Creo que una cosa que el público necesita saber es que, si se enteran de que un piloto sufre una enfermedad o un ataque cardíaco en la cabina, ellos no son una persona promedio. . . . Quiero decir, estas personas se someten a exámenes médicos exhaustivos para conservar sus puestos de trabajo,” dijo Lund. “Así que estas deberían ser las personas más sanas del mundo.”
