Aproximadamente 300 estudiantes de Harvard asistieron el lunes pasado a su primera clase en un curso llamado “Taylor Swift and Her World” que analiza la música de la superestrella de 34 años.
El curso, que analiza los discos de Swift y su “impacto económico,” es una exégesis woke que explora el “subtexto queer” detrás de sus letras y cómo se relacionan con el “privilegio blanco.”
En un artículo de la semana pasada titulado “Por Qué Estoy Enseñando Sobre Taylor Swift en Harvard,” el instructor del curso, Stephanie Burt, fue incapaz de explicar por qué la música de Swift es única. Burt, que está casado con una persona del “mismo sexo,” se limitó a hablar efusivamente de cómo las canciones de Swift “hablan de mis privilegios, de mis inseguridades, de mi deseo de atención.”
Pero Burt no es el único a quien se le dificulta explicar la conmoción por Swift, cuya música consiste casi en su totalidad en canciones de ruptura. Para el oído común, no hay ninguna cualidad única en la voz, las letras o el estilo de Swift que la distinga de otros cantantes pop estándar. No ha roto barreras culturales como Elvis Presley o Madonna. Su voz no deja ninguna impresión como la de Christina Aguilera o Shania Twain. Sus letras son incomparables con la poesía de Bernie Taupin y Leonard Bernstein, y sus melodías palidecen en comparación con el genio melódico de Elton John.
Al oyente promedio le resultaría difícil elegir el trabajo de Swift de entre una variedad de canciones pop variadas. En otras palabras, no hay nada icónico en Swift, aparte del hecho de que su rostro ha aparecido en portadas de revistas y su nombre ha sido incansablemente venerado por los principales medios de comunicación durante los últimos tres años.
A pesar de su falta de talento único, Swift es la estrella musical más grande del mundo en la actualidad. Tiene un valor de más de mil millones de dólares y fue Persona del Año de TIME en 2023. A sus conciertos asisten celebridades e íconos musicales reales como Shania Twain. Los sitios web que venden entradas para sus giras de conciertos colapsaron por recibir demasiados pedidos. El año pasado, los ingresos de su gira de conciertos Eras eclipsaron el PIB de 50 países. United Airlines y American Airlines han añadido vuelos con la temática de Taylor Swift del próximo SuperBowl en Las Vegas.
Pero durante unos dos días esta semana, las búsquedas de “Taylor Swift” en X no arrojaron resultados, a pesar de las garantías de Elon Musk de que el sitio es un refugio seguro para la libertad de expresión.
Probablemente esto se deba a que la semana pasada algunos internautas inútiles compartieron en X fotos sexuales de la estrella del pop generadas por IA. Si bien eso normalmente no haría que Musk interviniera, la Casa Blanca reaccionó a las fotos calificándolas de “alarmantes” y presionó al Congreso para que aprobara leyes que prohibieran dicho contenido. Las búsquedas de Swift fueron bloqueadas poco después.
Muchos de los que han estado luchando por comprender el furor por Swift se preguntan por qué el incidente provocó una reacción en la Casa Blanca. Swift no es la primera celebridad en ser objeto de imágenes falsas con Clasificación R, y no será la última. Incluso sus profanaciones no son únicas.
Lo que es único acerca de Swift es que fue elegida.
“¿Alguna vez te has preguntado cómo o por qué se disparó [a la fama] de tal forma?” preguntó el presentador de Fox News, Jesse Watters, este mes antes de sugerir — como muchos han hecho — que Swift es un recurso de inteligencia estadounidense.
Waters presentó imágenes de agosto de 2019 que muestran una presentación por parte de una operativo de la Unidad de Operaciones Psicológicas del Pentágono. La presentación, que se realizó en una conferencia de la OTAN, presentó a Swift como un activo de “influencia social” para difundir propaganda.
“La idea es que la influencia social puede ayudar a fomentar o promover cambios de comportamiento. . . potencialmente como una operación de información pacífica,” dijo la oradora. “He incluido a Taylor Swift aquí porque es una persona bastante influyente en línea, no sé si han oído hablar de ella,” agregó.
Y, de hecho, Swift poco después comenzó a encarnar la agenda globalista de nuestra clase dominante. A través de su música, comenzó a promover la ideología de género. Además de ser una feminista declarada, arremetió contra los blancos y acusó públicamente al presidente Trump de “avivar el fuego de la supremacía blanca y el racismo.” Ha estado activa contra Israel, incluso asistiendo a un ostentoso acto benéfico contra Israel tras la masacre del 7 de octubre del año pasado.
Pero los vínculos de Swift con el establishment van más allá. El año pasado, la estrella del pop entabló una relación con la estrella del fútbol americano, Travis Kelce, Tight End (posición de futbol americano y canadiense) de Kansas City Chiefs. Kelce, que se ha negado a ponerse de pie durante el himno nacional en los partidos de fútbol, es portavoz remunerado de Pfizer y ha aparecido en comerciales que promocionan la vacuna COVID-19. El acuerdo de Kelce con Pfizer por $20 millones, es $6 millones más que su salario anual.
Swift, firme defensora del Partido Demócrata, no sólo ha intervenido en las elecciones presidenciales, sino que incluso ha respaldado a candidatos demócratas en las elecciones al Congreso. El gobernador de California, Gavin Newsom, dijo el año pasado que la influencia de Swift en las elecciones generales de 2024 sería “profundamente poderosa.”
Efectivamente, Swift tiene un papel importante en el “plan de batalla anti-Trump” de Biden, según New York Times, y se espera que ayude a influir en las elecciones en favor de Biden. El 18% de los votantes dice que es más probable que respalde al candidato de Swift, según encuestas recientes, y la estrella del pop presuntamente encabeza la lista de respaldos codiciados por el equipo de Joe Biden.
“Los llamados para recaudar fondos por parte de la señorita Swift podrían valer millones de dólares para el señor Biden,” reportó el lunes New York Times.
Aunque las élites políticas como Liz Cheney han declarado a Taylor Swift un “tesoro nacional,” muchos consideran que la música y las actuaciones de la estrella del pop son fáciles de olvidar.
Y una vez haya cumplido con su propósito, ella también lo será.