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País musulmán ejerce enorme influencia sobre universidades estadounidenses de élite, según informe

La influencia de Qatar se extiende al diseño curricular y a la contratación de profesores

Yudi Sherman

El Estado de Qatar ha estado dando forma al discurso académico en las principales universidades de Estados Unidos durante décadas, dice un informe reciente del Instituto para el Estudio de Políticas y Antisemitismo Globales (ISGAP).

El informe, titulado “Redes de Odio: Pagadores qataríes, Poder Blando y Manipulación de la Democracia,” detalla no sólo la influencia ejercida por Qatar sobre las escuelas de élite estadounidenses, sino incluso su posesión de lo que producen.

Qatar, un país rico con un PIB de más de $229 mil millones en diciembre de 2022, es mejor conocido por ser propietario de la red Al Jazeera y servir como sede de la Hermandad Musulmana. Khaled Mashal e Ismail Haniyeh, que encabezan Hamás, filiar de la Hermandad Musulmana, viven opulentamente en Qatar bajo los auspicios de la familia gobernante del país, Al Thani.

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Musulmanes destacados que odian a los judíos, como Yusuf al-Qaradawi, que fue prohibido por otros países musulmanes como Arabia Saudita, Bahréin, Egipto y Túnez, han encontrado un refugio acogedor y seguro en Qatar.

Qatar también alberga fuerzas estadounidenses y sirve como cuartel general regional del Comando Central de Estados Unidos (CENTCOM).

Inversiones estadounidenses de Qatar

En 2005, Qatar estableció la Autoridad de Inversiones de Qatar (QIA) como parte de una iniciativa de expansión e influencia extranjera. Se estima que los activos totales de QIA oscilan entre $500 mil millones y $1 billón.

Qatar ha destinado más de $55.000 millones de estos activos a inversiones en Estados Unidos. Se han invertido miles de millones en militares y aviación, hotelería, alimentos y bebidas, energía e infraestructura, incluida la propiedad de monumentos emblemáticos estadounidenses como el Empire State Building, Plaza Hotel y St. Regis Hotel.

Una de las inversiones de Qatar, en la industria estadounidense de alimentos y bebidas, es una participación de $200 millones en EatJust, una empresa de alimentos falsa entre cuyos inversores también se encuentra el multimillonario globalista Bill Gates.

La entidad británica de Al Jazeera, Al Jazeera International Limited, había sido anteriormente una empresa estadounidense llamada Current TV. En 2013, Al Jazeera compró la empresa por $550 millones al ex vicepresidente de Current TV, Al Gore.

Qatar en las universidades estadounidenses

En 1995, el Emir de Qatar creó la Fundación Qatar para la Educación, la Ciencia y el Desarrollo Comunitario (Fundación Qatar, “QF”). Debido a que la creó como una organización privada sin fines de lucro, pero aún conserva la propiedad, Qatar puede invertir en universidades estadounidenses sin las restricciones que se aplican a las entidades gubernamentales.

A través de QF, las universidades de élite de Estados Unidos reciben más dinero de Qatar que de cualquier otro país del mundo. Estas universidades incluyen Yale, Harvard, Texas A&M, Georgetown, Cornell, Carnegie Mellon, Northwestern University y Virginia Commonwealth, entre otras.

“A través de cuantiosas inversiones, QF se ha convertido en una fuerza importante que da forma a los programas académicos y las prioridades de investigación tanto a nivel nacional como internacional,” dice el informe. “La organización financia varias universidades y escuelas que ofrecen planes de estudio, desde la educación primaria hasta la superior.”

Las universidades no declaran millones de dólares en declaraciones obligatorias.

Algunos de los programas académicos moldeados con dinero qatarí son estudios de Oriente Medio. La influencia de Qatar no se limita al diseño curricular, sino que incluso se extiende a la contratación de profesores.

En su acuerdo de mil millones de dólares con la Universidad Texas A&M para establecer un campus local en Doha, Qatar no sólo garantiza que sus operativos tengan un rol importante en las decisiones presupuestarias y de recursos humanos, sino que también exige que el personal y los profesores respeten las leyes de Qatar.

“TAMU, TAMUQ y sus respectivos empleados, estudiantes, profesores, familias, contratistas y agentes deberán cumplir con las leyes y regulaciones aplicables del Estado de Qatar y respetarán las costumbres culturales, religiosas y sociales del Estado de Qatar,” se lee en la cláusula 11.10 del acuerdo.

Además, Qatar posee los derechos de propiedad intelectual de todos los proyectos de investigación incluidos en el acuerdo, que incluyen investigaciones nucleares confidenciales.

“Este enfoque específico sugiere que las motivaciones estratégicas – por ejemplo, promover los intereses estatales de Qatar – influyen en la estrategia de Qatar, en lugar de filantropía pura,” agrega el informe.

Otras universidades como Carnegie Mellon, Georgetown, Cornell, Virginia Commonwealth y Northwestern también han establecido campus en Qatar.

A veces Qatar canaliza fondos a universidades estadounidenses a través de otros países. Avangrid, filial estadounidense de la energética española Iberdrola, ha servido indirectamente como conducto. Santander, un importante grupo bancario español del que Qatar es propietario, también ha financiado universidades como Yale a través de conferencias e iniciativas.

“Como resultado, Qatar gana en el campus la defensa de las perspectivas pro-Qataríes por parte de los profesores. De hecho, en última instancia, los académicos se ven incentivados a incorporar la defensa de Qatar en sus programas de estudios. De este modo, Qatar aparentemente puede normalizar su huella ideológica en las aulas estadounidenses. Esto parecería constituir una interferencia pedagógica extranjera inapropiada, enmascarada por un compromiso académico superficial.”

El Programa de Investigación de Prioridades Nacionales (NPRP) del Fondo Nacional de Investigación de Qatar (QNRF) es otra iniciativa que financia proyectos de investigación en universidades de élite como Yale. Estos proyectos, que abarcan una serie de disciplinas como la tecnología, la ciberseguridad y la energía, terminan en última instancia en patentes propiedad de Qatar.

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