Un estudio reciente advierte que la respiración humana contribuye al calentamiento global.
El estudio, realizado por investigadores británicos, analizó 328 muestras de aliento de 104 participantes. Los investigadores encontraron concentraciones de metano y gases de óxido nitroso en estas muestras. Estos gases son considerados más dañinos para el medio ambiente que el dióxido de carbono (CO2). Aunque los seres humanos también expulsan CO2, normalmente es absorbido por las plantas, resultando en un impacto insignificante para el medio ambiente.
Los investigadores observaron que las mujeres mayores de 30 años eran más propensas a producir la mayor cantidad de metano a través de su aliento, en comparación con otros participantes. Sin embargo, las razones exactas de esta observación siguen siendo inciertas.
Los autores del estudio tampoco están seguros de la causa principal de la manifestación de estos gases en el cuerpo humano. Rechazan la idea de que una dieta vegetariana, a diferencia de una dieta carnívora, podría tener impacto.
Los investigadores declararon que hay conocimiento limitado de los elementos que influyen en las emisiones humanas de CH4 y N2O. Adicionalmente, los efectos del envejecimiento de la población y los cambios en las dietas aún no están claramente determinados. Pasar de dietas con alto contenido de carne y proteínas a dietas vegetarianas con mayor contenido de fibra para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de la producción de carne puede llevar a una mayor generación de gases en el intestino humano, lo que podría dar lugar a un fenómeno conocido como intercambio de contaminación.
Tras el análisis, los investigadores examinaron los hábitos alimentarios de los sujetos y descubrieron que no había correlación entre el consumo de carne y las cantidades de metano y óxido nitroso emitidos a través del aliento.
Sin embargo, los autores sugieren que vale la pena que los investigadores analicen más a fondo si los “regímenes dietéticos estrictos” podrían mitigar el impacto de las emisiones.
La conclusión del estudio también desaconseja ignorar la importancia del aliento humano en el medio ambiente como “insignificante,” y señala que esto se ve agravado por las flatulencias humanas.
“Instamos a tener precaución al suponer que las emisiones de los seres humanos son insignificantes. En este estudio solo reportamos emisiones del aliento, y es probable que las emisiones de flatos aumenten estos valores significativamente,” concluyeron los investigadores.
El aliento humano es simplemente el factor más reciente identificado como contribuyente al “cambio climático”. Otras consideraciones a tomar en cuenta incluyen el impacto potencial del ejército estadounidense, que según han sugerido organizaciones financiadas por Soros, debería reducirse o eliminarse por completo para proteger el medio ambiente.
La propiedad privada de automóviles es otro aspecto importante que contribuye al cambio climático.
Según un informe publicado a principios de este año por organizaciones globalistas y académicas, se ha sugerido que todos los automóviles, incluso los vehículos eléctricos, tienen un impacto negativo en el medio ambiente. Debido al uso de baterías de litio en los vehículos eléctricos, el esfuerzo en curso para hacer la transición de los automóviles a vehículos eléctricos, como lo recomiendan líderes mundiales como Joe Biden, quien ha fijado el objetivo de una adopción del 50% de vehículos eléctricos en la flota nacional de EE.UU. para 2030, puede resultar en una posible escasez de litio. En tal caso, la extracción de litio sería necesaria, provocando posibles daños ambientales.
Según el documento, se prevé que para 2050 la demanda de litio en el mercado de vehículos eléctricos se cuadruplique, lo que requerirá un aumento sustancial de las actividades mineras.
Por lo tanto, dado que la “solución” propuesta para abordar el “cambio climático” en realidad contribuirá a un mayor cambio climático, los autores proponen reducir la propiedad privada de automóviles.