Los principales fabricantes de automóviles están abandonando cada vez más sus planes centrados en los vehículos eléctricos a medida que la demanda de vehículos eléctricos sigue disminuyendo.
Mercedes-Benz revocó recientemente su ambiciosa promesa de vender sólo automóviles eléctricos para 2030, reportó The Verge la semana pasada. Según nuevas proyecciones, se espera que los vehículos eléctricos representen hasta el 50% de las ventas totales de la empresa en la próxima década.
“La compañía planea estar en condiciones de satisfacer las diferentes necesidades de los clientes, ya sea un sistema de propulsión totalmente eléctrica o un motor de combustión eléctrico, hasta bien entrada la década de 2030,” dijo Mercedes en una declaración de ganancias.
El director ejecutivo de Mercedes, Ola Kaellenius, confirmó que las ventas de vehículos eléctricos “obviamente no serán del 100% en 2030.”
Esta semana Apple abandonó el Proyecto Titán, un esfuerzo multimillonario que duró una década para ingresar al mercado de vehículos eléctricos. La corporación tenía planes de fabricar baterías para vehículos eléctricos y construir automóviles eléctricos totalmente autónomos, pero la demanda del mercado, inferior a la esperada, y el dominio del mercado de Tesla hicieron que el gigante tecnológico abandonara su visión. Aproximadamente 2.000 empleados serán transferidos al departamento de inteligencia artificial de Apple o serán despedidos en las próximas semanas, reportó Wall Street Journal.
Aston Martin también está posponiendo su proyecto de vehículos eléctricos. El fabricante de automóviles de lujo anunció esta semana que el lanzamiento de su “superdeportivo” que funciona con baterías se retrasará hasta 2026 debido en parte a la falta de demanda.
“La demanda, ciertamente al precio de Aston Martin, no es lo que pensábamos que iba a ser hace dos años,” dijo el presidente ejecutivo de Aston Martin, Lawrence Stroll.
En diciembre, Ford redujo la producción de su vehículo eléctrico emblemático en un 50%, alegando también baja demanda. El gigante automovilístico ordenó a su planta de ensamblaje en Dearborn, Michigan, que redujera a la mitad su cuota mensual para la camioneta F-150 Lightning totalmente eléctrica, de 3.200 unidades a 1.600 unidades por mes.
Quizás como reacción a este cambio en el mercado, la administración Biden está suavizando su campaña de obligar a todos los estadounidenses a comprar vehículos eléctricos. En abril del año pasado, la Agencia de Protección Ambiental (EPA) propuso nuevas reglas que exigen que dos de cada tres automóviles en los EE.UU. sean eléctricos para 2032. Aunque la EPA no puede imponer límites legales a los fabricantes de automóviles, las regulaciones impusieron criterios de emisiones tan estrictos que los fabricantes de automóviles tendrían que asegurarse de que dos tercios de sus vehículos sean eléctricos para poder cumplir con las normativas.
En respuesta, la Cámara aprobó en diciembre la Ley bipartidista de Elección en Ventas Minoristas de Automóviles (CARS, por sus siglas en inglés) que impide a EPA “finalizar, implementar o hacer cumplir una regla propuesta con respecto a las emisiones de los vehículos y para otros fines.”
Ahora, según los informes, la administración de Biden ha atenuado su presión para la compra vehículos eléctricos y permitirá a los fabricantes de automóviles aumentar las ventas de vehículos eléctricos de forma más gradual, según New York Times.